Conocer implica un proceso

Estaba meditando y mis pensamientos fueron tocados profundamente de una realidad que me estremeció con un par de preguntas que se formaron en mi mente: 

¿Quien piensa en el corazón de Dios? ¿Quien deja de pensar en tener beneficios propios y piensa que hay alguien mas importante, mas grande y mas hermoso que mi persona?

¿Quien vela por los intereses que personalmente no lo beneficiaria?

¿En verdad, cuantos conocen al Dios verdadero? Aún respondiendo a estas preguntas positivamente ¿Como se validaría esa verdad como la verdad verdadera?

A unos, a lo mejor ni los afecta descubrir la verdadera verdad sobre este tema, pero ¿Que pasa con aquellos de nosotros que queremos comprobar si vivimos en la verdad de Dios? Porque la realidad, es nuestra manera de vivir, la verdad es lo que hacemos, no solo lo que decimos. La verdad es probada con nuestros hechos en nuestra manera de vivir ante Dios. Si no, sería vivir un engaño de que creía algo que al final se demostró no ser cierto. ¿No os asusta que nos engañemos, en algo tan importante como nuestro destino final, nuestra vida eterna?

Examinaos a vosotros mismos, si estáis firmes en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos? ¿No sabéis que Jesucristo está en vosotros? ¡A menos que no paséis la prueba! 2 Corintios 13:5 Reina Valera 2020

Pensad en vuestra manera de vivir y ved si de verdad mantenéis vuestra fe en Cristo. Haced la prueba y, si la pasáis, es porque él vive en vosotros. Pero si no creéis en Cristo de verdad es porque él no está en vosotros. 2 Corintios 13:5 BLB

Estaba hablando con unos amigos sobre el tema de que no hay nadie que quiera a Dios sin interés... 

Pero, después medité en este tema, y estaba algo frustrada que no pude enseñarle con la Palabra, que si se puede llegar a amar a Dios desinteresadamente. Yo defendía el punto que si se puede llegar a amar a Dios de esta forma. Me quedé días meditando en este tema, y mi corazón fue tocado profundamente con estas preguntas que Dios puso en mi mente...¿Soy uno de los que realmente te conoce?¿Puedo amarte sin buscar mi propio beneficio? Mientras reflexionaba sobre estas preguntas, me vinieron a la mente dos personas (además de Jesús) que nos dejaron un ejemplo de amor profundo, un amor que pone a los demás por encima del amor hacía nosotros mismos: Moisés y Pablo. Un amor tan desinteresado, que estaban dispuestos a perder su eternidad con Dios, para que otros la ganen. Un amor tan hermoso, para que la gloria y el poder del Nombre de Dios sea exaltado ante las naciones, y su nombre quede borrado del libro de la vida, o estar separado de Cristos por amor a sus hermanos (Exodo 32:32, Romanos 9:3).

Wow! Leer sus historías de cuán probada quedó demostrado su amor desinteresado, aprenderemos que esto es lo que Cristo quiso enseñarnos cuando dijo: Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. San Juan 13:34

¿Cuál es el tema principal de esta meditación? 

¿Conocemos a Dios? ¿Realmente le damos espacio a Dios para que podamos conocerlo? ¿Cuánto nos habla Él y cuánto le hablamos nosotros a Él? Parece que nos jactamos de conocerlo sin ofrecerle tiempo a darse a conocer...

Si es así, este conocimiento debe ser puesto a prueba, y solo si supera la prueba es verdaderamente una verdad vivida centrada en Dios. En esto sabemos que nosotros lo conocemos, si guardamos sus mandamientos. 1 Juan 2:3