A veces las circunstancias de la vida nos pone frente a situaciones difíciles, y no podemos defendernos y necesitaremos que alguien nos defienda y nos cuide. Todos pasamos por situaciones complicadas en algunos momentos de nuestra vida, porque todos cometemos errores, fallamos, caemos, resbalamos y en esos momentos no somos capaces de sostenernos, no sabemos cómo protegernos ante las acusaciones y los ataques.
¿Quien es nuestro defensor en esos momentos críticos? ¿Quien nos ayuda cuando más lo necesitamos? ¿Sería posible superar la adversidad? ¿Es posible que alguien nos defienda aunque sabría que defendería un culpable?
Hubo momentos en mi vida, cuando me sentí desanimada, abatida, abrumada, sin esperanza y anhelaba la ayuda aunque sabía que en algunos casos yo era la culpable de mi situación y condición. Y Dios siempre estuvo allí, luchando por mí, ayudándome y cuidándome. Sus tiernas palabras me han sostenido y Su palabra alimentado mi alma; Su poder es mi fortaleza contra todo enemigo. Entonces mi ser se calma y la esperanza me fortalece, porque Él, Jesús es mi Defensor!
¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la derecha de Dios, el que también intercede por nosotros. Romanos 8:34
Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis. Pero si alguno ha pecado, tenemos un abogado ante el Padre, a Jesucristo, el justo. Él es la propiciación por nuestros pecados, y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. 1 Juan 2:1,2
¿Tu a quien tienes?
“No puedo imaginarme estar ante el Dios Omnipotente sin Jesús como mi Defensor.” Cole Brown
Pienso en mi Salvador, en cómo protege y cuida a quienes ama. No los calumnia, no los abandona, los defiende y los ayuda a levantarse para la salvación. Es algo hermoso ¿verdad? Pero ¿Cómo serían nuestras relaciones si actuariamos como Él?
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